El poder curativo de la naturaleza
En la Feria Internacional del Libro de Bogotá se presentó el libro “Catálogo de plantas medicinales de mayor uso en las comunidades indígenas del Vaupés”.
Bogotá, abril 28 de 2016. ¿Sabía usted que el ají puede curar la ceguera, y que el aguacate sirve para tratar las picaduras de arañas? Este descubrimiento fue hecho por los sabedores indígenas del Vaupés, quienes por siglos han usado plantas como el bejuco del ñame, la pringamoza y el wasay, para atender los problemas de salud de sus comunidades.
Aunque su valor medicinal y cultural resulta invaluable, el desinterés de los jóvenes de diferentes etnias del departamento, puso en riesgo esta práctica que por tradición ha sido transmitida de generación en generación. Para salvaguardarla y compartirla con el resto del país, la Universidad Minuto de Dios inició el proyecto Estudio etnobotánico en plantas medicinales de mayor uso en comunidades indígenas del departamento del Vaupés, con los estudiantes de Licenciatura en Ciencias Naturales de CERES de Mitú y el Ministerio de Educación, para recuperar y preservar la medicina ancestral.
Esta iniciativa contó con el apoyo del Consejo Regional Indígena de Vaupés, CRIVA y la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia, APC-Colombia, que como parte de sus proyectos de Cooperación Sur-Sur con Cuba, integró a un grupo de expertos del Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap) al proyecto. Su labor fue asesorar a los estudiantes en todo lo relacionado a la metodología y el desarrollo de instrumentos para la recolección, análisis y sistematización que permitiera rescatar el conocimiento de los sabedores de la región.
“El primer paso fue iniciar una concertación con las comunidades para poder realizar el trabajo de identificación de las plantas medicinales de mayor uso y contar con el apoyo de líderes indígenas y sabedores”, dijo Euciris Guantiva docente del CERES y líder del proyecto. Fue así como lograron identificar y documentar 38 plantas usadas por las comunidades de Puerto Antioquia, Villa Fátima, Bocas de Querarí, Mandí, Virabazú, Macaquiño, Tapurucuara, San Pablo del Wiba, Carurú, El Recuerdo, y Buenos Aires. La experiencia fue más que exitosa, pues permitió la identificación de plantas antiofídicas, por nombrar un ejemplo. En palabras de Salvador Saldaña, sabeador de la etnia Guanano, es un gran logro ya que “las consultas más frecuentes tienen que ver con picaduras de culebra, de araña, dolor de estómago, de espalda y de rodillas, y es importante conocer las plantas indicadas para cada enfermedad”.
Vale mencionar que el Vaupés es uno de los departamentos con mayor deficiencia en el sistema de salud del país. El único hospital está ubicado en la capital, Mitú, de manera que las comunidades que están asentadas en zonas lejanas solo pueden llegar vía aérea o fluvial. Razón por la cual los propios indígenas se han visto obligados a practicar la medicina ancestral para combatir enfermedades y epidemias.
Razón de peso para que toda la información recopilada en el estudio haya sido documentada en el libro “Catálogo de plantas medicinales de mayor uso en las comunidades indígenas del Vaupés”, que hizo parte de las publicaciones que la Universidad Minuto de Dios, presentó en la más reciente edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Una oportunidad para que todos tengamos un encuentro con una práctica ancestral que en pleno siglo XXI puede ayudar a salvar la vida de cientos de personas.
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