Como parte estructural de las nuevas dinámicas en materia de cooperación internacional, es de primordial importancia entender y comenzar a generar conciencia dentro de los diferentes actores que interactúan en la implementación de proyectos que benefician a países, gobiernos y comunidades, la participación activa y necesaria del sector privado en la articulación de escenarios que conlleven a la materialización de iniciativas de desarrollo y sostenibilidad para mejorar la calidad de vida de la sociedad en general. 

En este orden de ideas, es oportuno referirse a la dinámica que hemos venido implementando desde la Agencia Presidencial de Cooperación (APC), donde a través de un diálogo sistemático y colaborativo, se ha hecho especial énfasis en la identificación de necesidades de cooperación en las que el sector privado, así como las entidades del orden nacional, local, cooperantes y sociedad civil, logren acordar una agenda de apoyo para la consolidación de proyectos donde se privilegie el desarrollo sostenible y la reactivación económica, como alternativas de resarcimiento y recuperación de los sectores y segmentos de la población, que de alguna manera también resultaron impactados por la emergencia sanitaria. 

Nuestra apuesta hacia un modelo de cooperación mucho más eficiente y moderno es clara, razón por la cual, estamos posicionando a Colombia como país pionero en materia de filantropía, donde el sector privado se convierte en el punto neurálgico para la consecución de las metas orientadas a la estabilización territorial, el desarrollo rural, la conservación y la sostenibilidad ambiental, así como el apoyo a emprendimientos, economía naranja y fenómenos migratorios, entro otros. 

Conforme a lo anterior, la organización y puesta en marcha de la Macrorrueda de Filantropía en el marco de la Cooperación Internacional, que se llevará a cabo en Medellín, durante el 28 y 29 de abril del presente año, evidencia nuestro compromiso con esta dinámica innovadora. No obstante, también es relevante mencionar que la APC viene diseñando estrategias para llegar con mayor eficacia a las regiones, con el propósito de acercarse cada vez más a los entes locales para capacitarlos y vincularlos con organizaciones y agremiaciones, de modo tal que se puedan constituir alianzas enfocadas hacia el progreso y bienestar de los territorios. 

Otro de los pilares sobre los que hemos trabajado tiene que ver con la Estrategia Nacional de Cooperación Internacional ENCI 2019–2022, mediante la cual se propicia la participación del sector privado, de la mano con todos los actores que forman parte de los mecanismos que promueven cooperación en diferentes instancias. Igualmente, el sector privado también interactúa de manera recurrente en la realización de cursos cortos que se ofrecen en el marco del HUB o centro de conocimiento sobre cooperación Sur –Sur, que a su vez hace parte del Observatorio de Cooperación Internacional. 

En lo que respecta a las relaciones de carácter interinstitucional, la APC materializó una alianza con la Consejería Presidencial para la Competitividad y la Gestión Público-Privada, en la que conjuntamente se diseñó la Estrategia de Articulación entre la Cooperación Internacional y el Sistema Nacional de Competitividad e Innovación. 

En síntesis, han sido múltiples las estrategias que se han venido poniendo en marcha para la vinculación y participación del sector privado en los proyectos de cooperación. Dicho esto, aprovecho este espacio para reiterar la invitación a nuestra Macrorrueda de Filantropía, cuya información está disponible en nuestra web institucional www.apccolombia.gov.co