El fortalecimiento de la respuesta institucional para sanar las heridas que ha dejado el conflicto armado en las comunidades fue el principal logro alcanzado, producto del trabajo realizado en el intercambio Col-Col de “Estrategias de recuperación emocional y acompañamiento a la reparación integral de víctimas del conflicto armado” que se clausuró este 9 de noviembre en Cúcuta y en la que participaron varios municipios de los departamentos de Meta, Caquetá y Norte de Santander.
APC-Colombia, en articulación con la Unidad para las Víctimas y el programa Propaz II de la GIZ, Agencia de cooperación alemana, logró importantes avances en el fortalecimiento de capacidades a entidades territoriales para acompañamiento y atención psicosocial a las víctimas del conflicto armado de los municipios de Albania, San José de la Fragua, Belén de los Andaquíes, San Vicente del Caguán, Mesetas, Curillo, El Tarra, Sardinata y Cúcuta.
En este compartir de experiencias, los beneficiarios de este Col-Col, el cual contó con la presencia de representantes de los gobiernos municipales y de las Mesas de Participación de Víctimas, presentaron a través de talleres participativos sus avances, retos y nuevas apuestas para fortalecer esas acciones en las garantías de no repetición y el cómo darle sostenibilidad a las iniciativas que permitan sostener esta atención psicosocial en un país que afronta el problema del conflicto armado.
Algunas de estas iniciativas conjuntas se enfocan en la vinculación de la institucionalidad, el trabajo planeado y periódico de las comunidades locales, la réplica de estas buenas prácticas que permiten compartir y aplicar esas lecciones aprendidas y la apropiación de las capacidades.
Asimismo, resulta muy importante alinear estas iniciativas con los ODS, Plan Nacional de Desarrollo y los planes de cada ente territorial, y, asimismo, mantener el seguimiento y medición periódicos que también sirvan para la construcción de una gestión del conocimiento con lecciones aprendidas.
Este espacio permitió además valorar y reconocer la resiliencia de las víctimas, resaltando sus habilidades para afrontar la adversidad y reconstruir sus vidas. Este apoyo psicosocial ha contribuido directamente, además, a mejorar la calidad de vida de las víctimas del conflicto armado, avanzar en las buenas relaciones interpersonales, su bienestar emocional y la capacidad para enfrentar los desafíos actuales.
Este Col-Col, dejó importantes retos, pero especialmente una huella y gran motivación para seguir afianzando en el propósito de reparar emocionalmente a más personas víctimas del conflicto armado y, con ello, resarcir y garantizar sus derechos.
Los participantes de este intercambio Col-Col, José Milton Liscano: municipio de Albania- Caquetá, Deisy Olaya: municipio Mesetas- Meta y Luis Ramiro Anturi: municipio de Belén de los Andaquíes- Caquetá, dan a conocer la importancia de este espacio facilitado por APC-Colombia.
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